temas de botánica

jueves, 31 de marzo de 2011

el invernadero de martina

Tropismos en vegetales

Las respuesta de las plantas




Todo ser vivo responde a los cambios que se producen en su entorno. Si esta respuesta es efectiva, la especie seguirá existiendo; si no lo es, simplemente se extinguirá.



En los seres vivos existen dos tipos de respuesta frente a estímulos ambientales: respuestas rápidas (mediadas por el sistema nervioso) y respuestas lentas (mediadas por el sistema hormonal). En el caso de las plantas no existe un sistema nervioso y sus respuestas frente a los cambios ambientales son mediadas por hormonas vegetales. A estas respuestas se las conoce como TROPISMOS.



TROPISMOS son las respuestas específicas que dan las plantas a los cambios o estímulos que se producen en algún factor del ambiente.



Los tropismos son, por lo general, respuestas que consisten en movimientos de crecimiento de algunas partes del vegetal, como los tallos, hojas y raíces. Se caracterizan por involucrar un aumento de la biomasa, razón por la cual son respuestas irreversibles y lentas.



Tipos de tropismos

Los estímulos que determinan respuestas de los vegetales pueden ser: físicos, químicos o de contacto.

Atendiendo al estímulo que los produce, los tropismos se denominan:



fototropismos, hidrotropismos, tigmotropismos y gravitropismos.



Los tropismos son respuestas que pueden ser de acercamiento o alejamiento del estímulo que los produce. Llamamos tropismos positivos a aquellos que provocan una respuesta de acercamiento al estímulo, y tropismos negativos a aquellos movimientos de alejamiento.



FOTOTROPISMO es la respuesta que da el vegetal cuando el estímulo es una variación en la cantidad de luz.



HIDROTROPISMO es la respuesta frente a un estímulo cuyo origen es el agua.



TIGMOTROPISMO es la respuesta a estímulos provenientes del tacto.



GRAVITROPISMO es la respuesta a estímulos de origen gravitatorio.



Antiguamente, a este último ejemplo se lo denominaba geotropismo, pero los científicos prefirieron cambiarlo, ya que, si se analiza el nombre antiguo, éste sugiere la respuesta de un vegetal al estímulo "tierra" (geo = tierra).



Las plantas responden en forma diferente a un mismo estímulo, dependiendo de la parte del vegetal que está recibiendo el estímulo. Así, el tallo posee fototropismo positivo, mientras que la raíz posee fototropismo negativo.



Frente a la fuerza de gravedad, el tallo presenta gravitropismo negativo, ya que éste crece hacia arriba, en dirección opuesta a la fuerza de gravedad. La raíz, en cambio, tiene gravitropismo positivo porque crece en la misma dirección que el estímulo.



Algunas plantas, como las parras, presentan tigmotactismo positivo. Esto significa que se acercan a objetos que estén es su proximidad, de forma que se apoyan sobre ellos para seguir creciendo.



Mecanismos de acción de los tropismos



El conocimiento que actualmente se tiene de los tropismos ha sido producto de las investigaciones realizadas desde hace muchos años. Un pionero en estas investigaciones fue Charles Darwin, quien, en 1880, junto a su hijo Francis, estudió por qué las plantas crecían siempre hacia la luz.

Como cualquier científico, Darwin identificó este problema y formuló una hipótesis para explicar lo que había observado. Luego, diseñó un experimento para poner a prueba su hipótesis, donde se sugería básicamente que el curvamiento de las plantas, al acercarse hacia la luz, se debe a la presencia de una sustancia química que es producida en la punta del tallo de las plantas.



a. Hormonas vegetales



Los estudios realizados por Darwin primeramente, y luego por un botánico holandés llamado Fritz Went, han permitido a los actuales científicos comprender que las plantas responden a los estímulos gracias a la producción de ciertas sustancias químicas conocidas como hormonas.



Las hormonas vegetales son producidas por células que se ubican en las zonas apicales de la planta. Estas células no están agrupadas en estructuras específicas formando glándulas, como se presentan en los animales.



HORMONA es una sustancia química producida por células especializadas, que actúan sobre otras células del individuo y que se encuentran lejos del lugar de producción de la hormona.



b. Acción de las hormonas vegetales



Las hormonas determinan una enorme gama de funciones en las plantas. Participan en el crecimiento de los vegetales gracias a que producen el alargamiento de sus células. También participan en la maduración de los frutos, en la caída de las hojas y cicatrización de las heridas.



La importancia de las hormonas se debe a que las plantas no poseen un sistema nervioso, como los animales; un vegetal que se acerca hacia la luz no lo hace porque "le conviene", ya que no es consciente de ello, sino por el efecto de una hormona que determina que la planta se curve en esa dirección.



Esta respuesta al estímulo es vital para la planta, porque de esta forma obtiene la energía luminosa para realizar fotosíntesis. Pero debe quedar en claro que esta respuesta es involuntario y se debe a la producción de una sustancia[ química específica.



Las nastias: otra forma de respuesta vegetal



Una mención especial requiere la respuesta que presentan algunas plantas ante estímulos de contacto.



NASTIA es una respuesta que produce un movimiento pasajero en alguna parte del vegetal respondiendo a estímulos táctiles, lumínicos, etc.



Nastias. Son movimientos relacionados con los tropismo; pero se diferencian de estos en que el estímulo no provoca una dirección determinada en la respuesta de la planta. Las nastias se efectúan de acuerdo con trayectorias predeterminadas por la estructura dorsoventral del órgano correspondiente; son transitorios. Se conocen varias clases de nastias.



Termonastias son movimientos de apertura y cierre, según la variación de la temperatura, de las hojas periánticas de muchas flores (v.), debido a que el óptimo de crecimiento de la cara superior responde a una temperatura diferente de la cara inferior; así sucede con la flor de una planta, tulipa, que si pasa del aire libre a una habitación que esté 100 más caliente, se abre; y si la temperatura desciende, se cierra. Esto se debe a que una elevada temperatura determina el crecimiento de la cara superior, en tanto que un descenso lo provoca en la inferior.



Fotonastias son variaciones debidas a cambios en la intensidad de luz. La iluminación produce, en general, apertura de las flores; la oscuridad, el cierre. En las plantas de floración nocturna ocurre al revés. Muchos movimientos de las hojas en relación con la intensidad de luz no son debidos a diferencias en el crecimiento, sino a variaciones en la temperatura de las células. Se relacionan con la temperatura y la luminosidad las nastias producidas por la alternancia del día y la noche (nictinastias); son notables estos movimientos en Robinia pseudoacacia y Trifolium arvensis. Generalmente, las hojas nictinásticas se disponen por la noche en forma que los foliolos ocultan parte de la superficie superior, que durante el día exponen a la luz en grado máximo; tales movimientos deben responder a variaciones de permeabilidad del plasma.



En ciertas plantas insectívoras, como la Drosera, se observan movimientos násticos, que son consecuencia de excitaciones químicas y de contacto. Sismonastias, movimientos rápidos en los que una parte de la planta adopta posiciones particulares; se deben a la turgencia de las células de determinados tejidos. Los más llamativos se observan en mimosas tropicales, cuyas hojas y peciolos se pliegan rápidamente después de un golpe. Las causasde estos movimientos no están todavía bien aclaradas y se reducen a hipótesis.





Es el caso de una planta cuyo nombre científico es mimosa púdica. Esta planta, al ser tocada por algún objeto o por el contacto de la mano de una persona, responde plegando sus pequeños folíolos, y si la intensidad del contacto es mayor, puede suceder que la rama completa caiga.



Esta respuesta no corresponde a movimientos de acercamiento o alejamiento ante el estímulo, y tampoco está controlada por la acción de hormonas como ocurre en el caso de los tropismos
Movimiento de las hojas modificadas de una planta carnívora cuando un insecto se posa en ellas


 
Efecto de la estimulacion en la planta sensitiva mimosa púdica
[Orientación solar: a) Lupino, orienta sus hojas al sol. b) Girasol, orienta sus flores al sol.]

ASOCIACIONES SIMBIÓTICAS





El botánico alemán Anton de Bary en 1873 (o 1879, según autores) acuñó el término “simbiosis” para describir la estrecha relación de organismos de diferente tipo. Concretamente la definió como «la vida en conjunción de dos organismos disimilares, normalmente en íntima asociación, y por lo general con efectos benéficos para al menos uno de ellos».[1] La definición de simbiosis se encuentra sometida a debate, y el término ha sido aplicado a un amplio rango de interacciones biológicas. Otras fuentes la definen de forma más estrecha, como aquellas relaciones persistentes en las cuales ambos organismos obtienen beneficios, en cuyo caso sería sinónimo de mutualismo.[2]



La simbiosis suele identificarse con las relaciones simbióticas mutualistas (aquellas en las que todos los simbiontes salen beneficiados) y por extensión, en sociología, puede referirse a sociedades y colectivos basados en la colectividad y la solidaridad.
La simbiosis puede clasificarse atendiendo a la relación física entre los organismos participantes: ectosimbiosis y endosimbiosis. En la ectosimbiosis, el simbionte vive sobre el cuerpo –en el exterior- del organismo anfitrión, incluido el interior de la superficie del recorrido digestivo o el conducto de las glándulas exocrinas. En la endosimbiosis, el simbionte vive o bien en el interior de las células del anfitrión, o bien en el espacio entre éstas.




Otros contrastes extremos en simbiosis son la diferenciación entre simbiosis facultativas u obligatorias y la de simbiosis permanentes o temporales.[3]



En cuanto a la transmisión de la simbiosis se puede distinguir entre la transmisión vertical, que es en la que existe una transferencia directa de la infección desde los organismos anfitriones a su progenie,[4] y la transmisión horizontal, en la que el simbionte es adquirido del medio ambiente en cada generación.[5]



Desde una perspectiva de los costes y los beneficios que obtienen cada uno de los participantes, las relaciones simbióticas en la naturaleza pueden clasificarse entre las de mutualismo, comensalismo y parasitismo. En el mutualismo ambas especies se benefician, en el comensalismo la relación es beneficiosa para una de ellas e indiferente para la otra, y en el parasitismo la relación es positiva para una aunque perjudicial para la otra.



[editar] El continuo entre parasitismo, comensalismo y mutualismoEl criterio teórico para asignar las etiquetas de parasitismo, comensalismo o mutualismo es el efecto neto sobre la aptitud inclusiva del hospedador.[6]



El parasitismo está profusamente extendido en la naturaleza. En algunos casos puede ser el primer estadio de un proceso continuo que conduciría al mutualismo.



Muchas especies de artrópodos albergan endosimbiontes de transmisión hereditaria. Debido a que la persistencia de estos simbiontes hereditarios depende de modo tan íntimo de la de sus hospedadores, generalmente se ha supuesto que los microorganismos que son transmitidos de padres a hijos a lo largo de generaciones de hospedadores, con gran eficacia, deberían evolucionar con el tiempo hasta volverse beneficiosos para sus hospedadores. Cada vez está más claro que los simbiontes hereditarios son muy comunes en los artrópodos. Muchos de dichos simbiontes son beneficiosos. Pero una parte considerable de los mismos son deletéreos y, más que ser beneficiosos para sus hospedadores, mantienen relaciones antagonistas con parte de ellos.



Michael E. N. Majerus, Simbiontes hereditarios causantes de efectos deletéreos en los artrópodos.[7]

En este estadio, el parásito debe atenuar la virulencia contra su hospedador y, entre otras adaptaciones, se desprende de una característica típica de todo organismo, su tendencia a reproducirse geométricamente auto-regulando esta tendencia;[8] paralelamente, el hospedador deberá reaccionar neutralizando los efectos deletéreos de su parásito. «En cualquier momento esas asociaciones pueden disolverse, sus miembros pueden cambiar e incluso destruirse entre sí, o simplemente perder a su simbionte».[9]



Este primer estadio simbiótico, el más inestable, en el que «el éxito del parasitismo [también la simbiosis] radica en la acomodación y en la supervivencia, es decir el éxito del parásito se mide no por los trastornos que causa a su hospedador, sino por su capacidad para adaptarse y para integrarse al medio interno de este último»,[10] se podría prolongar hasta estadios de integración muy elevados en los que, antes de alcanzar una relación mutualista ya se podría estar produciendo transferencia de material genético, señalando Margulis que en las relaciones simbióticas son de poca utilidad conceptos como «coste» o «beneficio».[11]



[editar] Grados de integración en los procesos simbióticosIvan Wallis trató de explicar como podrían iniciarse las relaciones simbióticas. En 1927 en su libro Symbionticism and the Origin of Species utilizó el término «prototaxis» para explicar el inicio de relaciones simbióticas; recurrió a la respuesta innata de células y, en general, organismos ante la presencia otros organismos para explicar este inicio. Wallis usó como ejemplos la tendencia del ratón a huir del gato, la tendencia del tiburón a tragarse al pez, la mosca a poner huevos en los tejidos sanguinolentos de un jabalí. A estas tendencias positivas o negativas las denominó «prototaxis». «La tendencia prototáctica de los heterótrofos a absorber los productos de la fotosíntesis, o bien a ingerir a los propios organismos fotosintetizadores y la resistencia de estos organismos a ser ingeridos, serían reacciones prototácticas que han propiciado la proliferación de eucariotas fotosintéticos. Algas, líquenes, lombrices verdes, corales marrones, hidras verdes, constituyen una pequeña parte del resultado de estas relaciones simbióticas».[12] Atendiendo a la prototaxis de Wallis, se podría decir que la tensión producida por las diferentes reacciones de los organismos ante la presencia de otros organismos, tendencia a «acercarse» y a «alejarse», explicaría el inicio de las relaciones simbióticas.



Una vez establecida la relación entre simbiontes, esta relación podría alcanzar diferentes grados de integración:



El grado de menor integración sería aquel en el que los simbiontes establecen una relación de «comportamiento», vivirían uno junto al otro y ambos habrían aprendido a beneficiarse de su mutua presencia. La fragata portuguesa y los peces pastor o las anémonas y los peces payasos son ejemplos de esos comportamientos simbióticos sutiles.

Otro grado que pueden alcanzar las relaciones simbióticas sería el «metabólico»: «Frecuentemente el producto metabólico, el exudado o el residuo de uno de los miembros de la asociación se convierte en alimento para el otro. Probablemente todos los animales verdes que han sido estudiados (tales como el gusano plano o platelminto Convoluta roscoffensis, o la Hydra viridis de los estanques), así como todos los líquenes, estén integrados a este nivel».[13]

Un mayor grado de integración supone aquel en el que por ejemplo las proteínas de uno de los integrantes de la simbiosis se hacen imprescindibles para el otro: “En las plantas de alubias y guisantes encontramos un excelente ejemplo de esta clase de integración. Si arrancas un trébol, una arveja o una planta de judías, verás en sus raíces unas pequeñas protuberancias rosáceas. Se trata de nódulos fijadores de nitrógeno, en cuyo interior medra determinado tipo de bacteria, los rizobios. Otrora bacterias nadadoras con forma de bastoncillo, todas ellas han acabado por convertirse en «bacteroides» hinchados. Estos bacteroides sobredimensionados, llenos de agujeros, ya no pueden dividirse ni crecer”.[14]

El máximo grado de integración y más radical sería aquel en el que estas uniones desembocan en la transferencia de material genético y consecuente fusión de los simbiontes en un nuevo individuo. Material genético de uno de los simbiontes pasa a integrarse en el genoma del otro, surgiendo un individuo nuevo que integra a sus simbiontes. Este estadio es conocido como «simbiogénesis». Los casos más transcendentales de este tipo de simbiosis extrema fueron los procesos simbiogenéticos que originaron los eucariotas. La capacidad de respirar oxígeno como consecuencia de la adquisición de las mitocondrias propició el origen de los animales, y la capacidad fotosintética adquirida posteriormente con los cloroplastos originó el reino vegetal. En ambos casos, mitocondrias y cloroplastos tienen su origen en bacterias de vida libre. Los descendientes de estas bacterias aún se encuentran entre nosotros.

Los procesos simbióticos, plausiblemente, seguirían estos pasos: en un principio, un individuo entraría en contacto con otro individuo o grupo de individuos, en principio esa relación podría ser parasitaria,[15] pero con el tiempo ambos individuos podrían llegar a una relación mutualista, el hospedador encontraría ventajas en las características y especialidades del hospedado. De no llegar a este punto la selección natural penalizaría esta relación disminuyendo paulatinamente el número de estos individuos en el conjunto de la población; por el contrario, una relación fructífera se vería favorecida por la selección natural y los individuos implicados proliferarían.



La simbiosis desde la óptica evolutiva podría considerarse como un proceso en el que los simbiontes van estrechando su relación. Dependiendo de las características de la simbiosis y de los simbiontes que la integran, esta relación podría alcanzar su máximo grado de integración: la simbiogénesis.



[editar] Importancia de la simbiosis en la naturalezaLa simbiosis, el sistema en el cual miembros de especies diferentes viven en contacto físico, es un concepto arcano, un término biológico especializado que nos sorprende. Esto se debe a lo poco conscientes que somos de su abundancia. No son sólo nuestras pestañas e intestinos los que están abarrotados de simbiontes animales y bacterianos; si uno mira en su jardín o en el parque del vecindario los simbiontes quizá no sean obvios pero están omnipresentes. El trébol y la vicia, dos hierbas comunes, tienen bolitas en sus raíces. Son bacterias fijadoras de nitrógeno esenciales para su sano crecimiento en suelos pobres en este elemento. Tomemos después los árboles, el arce, el roble y el nogal americano; entretejidos en sus raíces hay del orden de trescientos hongos simbiontes diferentes: las micorrizas que nosotros podemos observar en forma de setas. O contemplemos un perro, normalmente incapaz de percatarse de los gusanos simbióticos que viven en sus intestinos.



Lynn Margulis, Planeta simbióticoEjemplo típico de simbiosis de “comportamiento” es la relación entre la anémona de mar y el cangrejo ermitaño: el cangrejo «ofrece» desplazamiento a la anémona y ésta le ofrece protección con sus tentáculos venenosos. Otro ejemplo es el del gobio de Luther, un pez, y una gamba ciega. La gamba excava una madriguera con sus fuertes patas y permite que el pez la ocupe también. A cambio, éste actúa como lazarillo, guiando a la gamba en la búsqueda de alimento. La gamba toca con sus antenas la cola del pez y éste la mueve cuando detecta algún peligro: en ese caso, los dos se retiran hacia la madriguera. También es importante la micorriza como asociación simbiótica.




Diferentes grados de integración simbiótica lo representan las termitas y las comunidades de bacterias alojadas en su aparato digestivo y que les permite digerir la madera. En diversas especies, el grado de integración genética es también diferente. Los rumiantes, igualmente, cuentan con comunidades de microorganismos que les permite digerir la celulosa de las gramíneas. Nosotros, la especie humana, estamos constituidos por numerosas comunidades de bacterias; el 10% de nuestro peso en seco corresponde a esos microorganismos que mantienen diferentes relaciones simbióticas con nosotros.[18] También, 250 de nuestros genes corresponde a material genético procedente de bacterias.[19]



[editar] Simbiosis y novedad biológicaExiste novedad biológica cuando un individuo adquiere nuevas características que a su vez son heredadas por sus descendientes.



La adaptación mutua de los simbiontes supone una transformación de ambos que altera sus características y pueden observarse estables pasadas generaciones. Aquellas en las que pueda probarse que son hereditarias deberán considerarse novedades biológicas.[20]



También, los procesos simbióticos serían fuente directa de novedad biológica en aquellos casos en los que se produce transferencia genética; los genes o conjuntos de genes se transmiten horizontalmente entre simbiontes dotándoles de nuevas características que serían hereditarias. La simbiogénesis sería la fuente de novedad biológica más radical mediante esa transferencia horizontal de genes, resultando de ella un nuevo individuo con los simbiontes formando parte de la nueva individualidad.



Nos es imposible asistir al proceso que siguen las relaciones simbióticas en la naturaleza, son procesos que podrían abarcar decenas de miles de años. Kwang Jeon, del Departamento de Zoología de la Universidad de Tennessee (Estados Unidos) pudo, fortuitamente, reproducir, en parte, uno de estos procesos.



En el transcurso de un experimento con amebas observó cómo en uno de los lotes las amebas iban enfermando y muriendo. Observadas bajo el microscopio pudo observar que estaban infectadas por bacterias en forma de bacilo. Una pequeña proporción logró sobrevivir, eran amebas frágiles, muy sensibles a los cambios ambientales. Durante cinco años, Jeon, cuidó a estas amebas infectadas logrando que una proporción de ellas sobreviviera y se reprodujera. Pasados diez años las amebas infectadas vivían y se reproducían con total normalidad. En este punto, mediante diversos experimentos pudo observar que las amebas ya no lograban sobrevivir sin sus bacterias. En el proceso, la comunidad de bacterias en cada ameba, que en un principio se había contabilizado en unas 100.000, se había auto regulado y descendido a 40.000 y “las amebas de Jeon morían por la acción de la penicilina, que se adhería a la pared celular de las bacterias que aquellas tenían en su interior y destruían la población interdependiente que es la célula. El pacto entre las bacterias y las amebas ha llegado a ser tan íntimo y fuerte que la muerte de uno de los miembros de la alianza significa la muerte de ambos”.[21]



Este trabajo de laboratorio podría considerarse demostrativo de que la simbiosis genera novedad biológica. Otro trabajo de laboratorio, en este caso el de Theodore Dobzhansky con Drosophila (mosca de la fruta) sometió a dos grupos de Drosophila a ambientes diferentes. Tras dos años de reproducirse intensamente, estando sometidas a esos diferentes ambientales, se propició un diferencial en el número de sus simbiontes bacterianos de un grupo a otro. El resultado mostró que la fertilidad inter-grupos disminuyó. Los individuos eran plenamente fértiles con individuos de su mismo grupo, pero la fertilidad disminuyó entre individuos de diferente grupo. Sostiene Margulis, que tal disminución de la fertilidad expresa el inicio de aislamiento genético y, por ende, un inicio de especiación.[22]



El paso de procariotas a eucariotas ha significado uno de los más importantes hitos en la evolución biológica. La eclosión de los eucariotas, con la nueva complejidad adquirida, posibilitó su evolución hacia muy diversas y complejas formas que hoy constituyen cuatro de los cinco reinos en los que se clasifica la vida: protistas, hongos, animales y plantas son eucariotas (el reino no incluido lo componen las bacterias, origen de las eucariotas). Este paso no habría sido posible de no haber entrado en relación simbiótica diferentes bacterias. Margulis describe el origen de las eucariotas mediante sucesivas relaciones simbióticas entre diferentes bacterias que desembocaron en la más extrema relación simbiótica: la simbiogénesis.



La fuerza creativa de la simbiogénesis produjo células eucariotas a partir de bacterias. Por consiguiente, todos los organismos superiores —protoctistas, hongos, animales y plantas— se originaron simbiogenéticamente. Sin embargo, la creación de novedad por medio de la simbiosis no acabó con la evolución de las primeras células nucleadas, sino que la simbiosis sigue presente por doquier. Son numerosos los ejemplos de evolución por simbiosis que asombran por su belleza. Margulis, Sagan, Captando genomas.[23]

Otro ejemplo de investigación reciente sobre simbiosis indica que la transición de las algas verdes a las plantas terrestres se hizo a partir de la unión de genomas (material genético) de un hongo con algún ancestro de alga verde. Los líquenes son productos de simbiosis muy bien conocidos. Todos ellos son hongos en simbiosis con cianobacterias u hongos en simbiosis con algas verdes. Los dos tipos de vida —foto-sintética y heterótrofa— se entremezclan para formar un nuevo organismo con aspecto de planta que puede alcanzar gran longevidad: el liquen



Lynn Margulis, Dorion Sagan, Microcosmos.[24]

La presencia de 250 genes en nuestro ADN, genes en los que se puede identificar su origen bacteriano, podrían ser los vestigios de recientes procesos simbióticos que culminaron en transferencia genética y, consecuentemente, significaría novedad biológica. Igualmente, las múltiples comunidades de microorganismos que nos constituyen, podrían desembocar en futuros procesos simbiogenéticos, pasando, la información genética de estos microorganismos a formar parte de nuestro genoma.[25]



[editar] SimbiogénesisDesde finales del siglo XIX para la escuela rusa (Konstantin Merezhkousky, Andrey Faminstyn y Kozo-Polyansky) «la simbiogénesis era considerada como crucial para la generación de novedad biológica. La bibliografía rusa, interpretada por el historiador de la ciencia Liya N. Khakhina, no estuvo disponible en inglés hasta el año 1922. Fueron necesarias dos generaciones de académicos para resumir la gran bibliografía de los botánicos rusos. Parece hoy como si esta bibliografía fuera ignorada por esta misma razón. La literatura antigua escrita por botánicos rusos carece de atractivo para el mercado anglófono».[26]



Los casos de simbiogénesis más impactantes en la evolución, y más documentados, son aquellos que describen el origen de las células eucariotas. De no haberse producido ese hito en la evolución no existiríamos ni los protistas, ni los hongos, ni los animales, ni las plantas; probablemente la vida hoy se limitaría a un conglomerado de bacterias.



En 1883, el biólogo alemán Andreas Schimper propuso que la capacidad fotosintética de las células vegetales podía proceder de cianobacterias aún presentes en la naturaleza y con iguales capacidades. A principios del siglo XX la escuela rusa (fue Konstantin Merezhkousky quien acuño el término Simbiogénesis) y posteriormente el biólogo francés Paul Portier y el norteamericano Ivan Wallis propusieron que el origen de las eucariotas se encontraba en procesos simbióticos. Margulis, rescatando estos trabajos olvidados y minusvalorados describió este paso mediante una sucesión de estos procesos simbióticos. Aunque el primer paso (la adquisición de espiroquetas como responsables de la motilidad de estas células) aún hoy es discutido, logró demostrar que las mitocondrias (responsables de su capacidad aeróbica y origen del reino animal) y los cloroplastos (origen de la capacidad fotosintética y del reino vegetal) procedían de bacterias de vida libre implicadas en procesos simbióticos.



El liquen es otro ejemplo bien establecido de simbiogénesis. Sus características permiten que se reconozca perfectamente su origen simbiogenético: los respectivos tamaños de lo que fueron sus simbiontes no son excesivamente discrepantes y observado al microscopio pueden reconocerse a estos simbiontes que intervinieron en la fusión.



Los líquenes nos proporcionan un ejemplo característico de simbiogénesis. Es más, el individuo liquen es algo diferente de sus dos componentes. No es ni un alga verde o una cianobacteria, ni un hongo. Es un liquen. Los líquenes, novedades evolutivas surgidas por medio de la adquisición de genomas de alga o de cianobacteria, tomaron su propio camino y exhiben características distintas a las de sus antepasados. Aunque estudiados tradicionalmente dentro de la botánica, los líquenes han sido fundamentales para los conceptos de simbiosis y simbiogénesis en el pensamiento evolutivo, a pesar de lo cual su naturaleza simbiótica ha hecho que se los considerara como fenómenos evolutivos marginales. Tal vez hayan sido aceptados como un ejemplo del poder de la simbiogénesis para generar novedad evolutiva, debido únicamente a que ambos asociados son del mismo tamaño. Tanto las algas como los hongos pueden observarse con facilidad, simplemente con la ayuda de un microscopio de pocos aumentos, de modo que no es posible estudiar las unas sin estudiar simultáneamente los otros. En cambio, en algunos animales verdes (como en el caso de la especie de lombriz plana Convoluta roscoffensis) los respectivos tamaños de los componentes difieren enormemente. La lombriz mide centímetros, mientras que los diminutos organismos fotosintéticos —las algas— son microscópicos. Tales discrepancias de tamaño hacen que, tanto la simbiosis como la correspondiente simbiogénesis, resulten menos evidentes.



Lynn Margulis, Dorion Sagan, Captando genomas.[27]

Lynn Margulis, después de formular en 1967 la teoría de la endosimbiosis seriada en la que se describe el origen de los eucariotas mediante sucesivos procesos simbiogenéticos, una vez demostrada la acción de la simbiogénesis en este origen,[28] defiende que esos procesos son generalizados en la naturaleza, siendo la impulsora de la Teoría simbiogenética que destaca el papel de la simbiogénesis en la evolución, considerando a los procesos simbigenéticos la principal fuente de novedad biológica: “La simbiosis, la unión de distintos organismos para formar nuevos colectivos, ha resultado ser la más importante fuerza de cambio sobre la Tierra”.[29]



Los científicos han descubierto que las bacterias, además de ser las unidades básicas estructurales de la vida, también se encuentran en todos los demás seres que existen en la Tierra, para los que son indispensables. Sin ellas, no tendríamos aire para respirar, nuestro alimento carecería de nitrógeno y no habría suelos donde cultivar nuestras cosechas. Sin los microorganismos, los procesos esenciales para la vida se pararían lentamente y la Tierra sería tan estéril como Venus y Marte. Los microorganismos no han quedado rezagados en la escala evolutiva; al contrario, nos rodean por todas partes y forman parte de nosotros. Además, el nuevo conocimiento de la biología altera la visión que muestra la evolución como una competición continuada y sanguinaria entre individuos y especies. La vida no conquistó el planeta mediante combates, sino gracias a la cooperación. Las formas de vida se multiplicaron y se hicieron más complejas asociándose a otras, no matándolas.



Lynn Margulis, Una revolución en la evolución.[30]

No obstante, desde el neodarwinismo, según el cual los errores en la replicación del ADN son la causa de novedad biológica, estos casos de simbiogénesis se consideran esporádicos y no significativos.[31] Aunque es difícil encontrar publicadas críticas a la propuesta simbiogenética de Lynn Margulis, ésta es rechazada por numerosos especialistas en el campo de la evolución que al día de hoy consideran satisfactorio el paradigma neodarwiniano.



[editar] QuimiosíntesisMuchos organismos presentan asociaciones simbióticas con bacterias que realizan quimiosíntesis, siendo los primeros en descubrirse en los años 1980's los gusanos tubícolas gigantes de las fuentes hidrotermales del océano profundo.



[editar] Naturaleza simbióticaTodo ser vivo debe ser contemplado como un microcosmos, un pequeño universo formado por una multitud de organismos inconcebiblemente diminutos, con capacidad para propagarse ellos mismos, tan numerosos como las estrellas en el cielo».[32]

Actualmente se acepta que las relaciones entre organismos se corresponde con un juego de suma cero en el que uno gana a costa de lo que pierde el otro. La metáfora de las cuñas descrita por Darwin, para describir esta relación entre organismos, ejemplifica ese modelo: la naturaleza es representada por una superficie limitada completamente ocupada por cuñas insertadas en ella. Al golpear sobre una de las cuñas y lograr que ésta se inserte más, otra cuña sale desplazada hacia el exterior. La simbiosis contradice estos modelos. No se asimila a un juego de suma cero en el que uno gana y otro pierde, en el caso de la simbiosis ambos ganan;[33] y tampoco estas relaciones tienen necesariamente que prosperar a costa de otros individuos (en el caso de las eucariotas con la adquisición de la mitocondrias capaces de metabolizar el oxigeno no prosperaron a costa del resto de las bacterias, por ejemplo, a costa de las bacterias metabilizadoras de azufre. El número de bacterias siguió prosperando a pesar o favorecidas por la gran expansión de las eucariotas), las relaciones simbióticas son relaciones sinérgicas en las que los individuos que aprenden a convivir mutuamente se benefician de un efecto multiplicador.[34]



Los seres vivos desafían a una definición precisa. Luchan, se alimentan, danzan, se aparean y mueren. En la base de la creatividad de todas las formas de vida familiares de gran tamaño, la simbiosis genera novedad. Reúne diferentes formas de vida, siempre por alguna razón. Con frecuencia, el hambre une al depredador con la presa, o a la boca con la bacteria fotosintética o la víctima algal. La simbiogénesis reúne a individuos diferentes para crear entidades más grandes y complejas. Las formas de vida simbiogenéticas son incluso más improbables que sus inverosímiles «progenitores». Los «individuos» permanentemente se fusionan y regulan su reproducción. Generan nuevas poblaciones que se convierten en individuos simbióticos multiunitarios nuevos, los cuales se convierten en «nuevos individuos» en niveles más amplios e inclusivos de integración. La simbiosis no es un fenómeno marginal o raro. Es natural y común. Habitamos un mundo simbiótico.



Lynn Margulis, Planeta simbiótico.[35]

[editar] Referencias


El nitrógeno molecular o dinitrógeno, componente mayoritario de la atmósfera, es inerte y no aprovechable directamente por la mayoría de los seres vivos. Por fijación de nitrógeno se entiende su combinación con oxígeno o hidrógeno para dar óxidos o amonio que pueden incorporarse a la biosfera. Estas reacciones ocurren de forma abiótica en condiciones naturales como consecuencia de las descargas eléctricas o procesos de combustión y el agua de lluvia se encarga de arrastrar al suelo los compuestos formados, o bien se derivan de la síntesis química realizada en la industria de fertilizantes con un alto consumo de energía. La reducción de este elemento a amonio llevada a cabo por bacterias en vida libre o en simbiosis con algunas especies vegetales, de la familia de las leguminosas y algunas leñosas no leguminosas, se conoce como fijación biológica de nitrógeno (FBN).




El amonio, primer compuesto estable del proceso es asimilado por los fijadores libres o transferido al correspondiente hospedador en el caso de la asociación con plantas.



La fijación en general supone la incorporación a la biosfera de una importante cantidad de nitrógeno, que a nivel global puede alcanzar unos 250 millones de toneladas año, de las que 150 corresponden a la fijación biológica. Esta propiedad está restringida sólo a procariotas y se encuentra muy repartida entre los diferentes grupos de bacterias y algunas arqueobacterias. Es un proceso altamente consumidor de energía que ocurre con la mediación de la enzima nitrogenasa según la siguiente ecuación:










La nitrogenasa, formada por dos metaloproteínas, ferroproteína y molibdoferroproteína, está bastante bien conservada en todos los microorganismos fijadores. Presenta un rango de actividad extendido frente a otras moléculas que contienen triples enlaces lo que ha dado base a un práctico método de detección y medida de la capacidad fijadora, y a pensar en el posible papel detoxificador de esta enzima en el ambiente primigenio de la tierra.



La fijación de nitrógeno presenta un gran interés económico y ecológico. De hecho, y como ejemplo, las altas producciones de soja a nivel mundial están soportadas por este proceso a través de la aplicación de inoculante microbianos de calidad. Se da en todos los habitats y equilibra el ciclo biogeoquímico del nitrógeno al recuperar para la biosfera el que se pierde por desnitrificación. La implicación en la fijación simbiótica de plantas tan importantes en alimentación humana y animal como las leguminosas, y la posibilidad de extender esta propiedad a otras especies vegetales de interés agronómico, con la consiguiente eliminación de la necesidad de usar fertilizantes nitrogenados, ha hecho de la FBN un tema de intensa investigación a lo largo de los años.

[editar] Fijación biológica de nitrógeno

Representación esquemática del ciclo del nitrógeno.La fijación biológica de nitrógeno (FBN) ocurre cuando el nitrógeno atmosférico se convierte en amonio por un par de enzimas bacterianas llamadas nitrogenasa. La fórmula de la FBN ei:


Aunque el amoníaco () es el producto directo de esta reacción, es rápidamente ionizada a amonio (). En diazótrofos de vida libre, el amonio de la nitrogenasa es asimilada en glutamato a través del ciclo de síntesis glutamina sintetasa/glutamato.



En muchas bacterias, las enzimas nitrogenasas son muy susceptibles a la destrucción por oxígeno (muchas bacterias cesan de producir enzimas en presencia de oxígeno). Tensiones bajas de oxígeno son aprovechadas por diferentes bacterias que viven en anaerobiosis, respirando niveles bajos de oxígeno, u obteniendo el oxígeno con una proteína (e.g. leghemoglobina).



[editar] Fijación simbiótica de nitrógeno por las LeguminosasLas más conocidas son las plantas de la familia Fabaceae, legumbres (tales como tréboles, alfalfa, soja, alubias o porotos, guisantes), que poseen en sus raíces nódulos con bacterias simbióticas del género Rhizobia, produciendo compuestos nitrogenados que ayudan al hospedante a crecer y competir con otras plantas. Cuando la planta muere, el nitrógeno ayuda a fertilizar el suelo.[1] Se cree también que durante la vida de la planta también se enriquece el suelo a través de los exudados de las raíces, ricos en nitrógeno.



La inmensa mayoría de las leguminosas tienen esa asociación, pero algunos géneros como Styphnolobium no. La asociación leguminosa-bacteria suele ser muy específica, aunque algunas especies bacterianas son capaces de formar simbiosis con varias leguminosas:



Leguminosa Bacteria

Soja Bradyrhizobium japonicum y Sinorhizobium fredii

Guisante Rhizobium leguminosarum bv. viciae

Alubia Rhizobium leguminosarum bv. phaseoli, R. etli y R. tropici

Trébol Rhizobium leguminosarum bv. trifolii

Alfalfa Sinorhizobium meliloti

Medicago truncatula Sinorhizobium meliloti



[editar] Fijación de nitrógeno por no-leguminosasLa mayoría de los vegetales fijadores de nitrógeno son de las leguminosas: familia (Fabaceae), y hay pocas plantas no leguminosas que pueden fijar nitrógeno. Son 22 géneros de arbustos leñosos o árboles de 8 familias. Estas plantas forman asociaciones con bacterias del género Frankia, y son llamadas plantas actinoricicas. La habilidad de fijar nitrógeno no está universalmente presente en esas familias. Por ej., de 122 géneros en las Rosaceae, solo 4 géneros fijan nitrógeno.



Familias Géneros

Betulaceae Alnus

Casuarinaceae Allocasuarina, Casuarina, Gymnostoma

Coriariaceae Coriaria

Datiscaceae Datisca

Elaeagnaceae Elaeagnus, Hippophae, Shepherdia

Myricaceae Morella, Myrica, Comptonia

Rhamnaceae Ceanothus, Colletia, Discaria, Kentrothamnus, Retanilla, Trevoa

Rosaceae Cercocarpus, Chamaebatia, Prusia, Dryas



También hay algunas asociaciones simbióticas fijadoras de nitrógeno con cianobacterias (Nostoc). Incluye algunos líquenes: Lobaria y Peltigera



Azolla (Helecho mosquito)

Cicadas

Gunnera

También existe asociación entre bacterias fijadoras y plantas del tipo gramíneas. En estos casos la bacteria (algunas cepas del genero Azospirillum sp) invade los espacios entre células de la raíz pero sin penetrar en las células vegetales, por lo que no se trata de una verdadera simbiosis. Algunos cultivos que se pueden beneficiar de este tipo de asociaciones son:



Caña de azúcar

Sorgo

Arroz

Trigo

Maíz

tabaco y papa

Girasol y algodon

La asociación entre micorrizas (hongos) y plantas permite la solubilización de iones de modo que son absorbidos por las raíces . Esta fotografía muestra las hifas de las micorrizas penetrando células del córtex;los cuerpos esféricos son sus unidades reproductivas]


 
Los nódulos que se observan en esta raíz de leguminosa contienen bacterias del género Rhizobium, que son capaces de fijar el Nitrógeno atmosférico en amoníaco]






--------------------------------------------------------------------------------



Los nódulos que se observan en esta raíz de leguminosa contienen bacterias del género Rhizobium, que son capaces de fijar el Nitrógeno atmosférico en amoníaco]






--------------------------------------------------------------------------------




Microfotografía electrónica de un estoma de maíz. Las células de guarda están abiertas

[Mecanismo de apertura y cierre de estomas]






--------------------------------------------------------------------------------




[Movimiento a favor de gradiente de concentración en el floema, ejemplificado en una planta de remolacha]






Fototropismo. Se detalla la elongación celular que ocurre en la plántula, en el lado opuesto a la iluminación]






--------------------------------------------------------------------------------



 
Gravitropismo en plántulas de maíz]


 
[Tigmotropismo en una enredadera

[Geotropismo negativo]




Regulación hormonal

miércoles, 30 de marzo de 2011

desarrollo de una planta desde la semilla y su nutricion y deficiencias

Desarrollo del embrión y formación de la semilla en una planta dicotiledónea


[Reproducción vegetativa en frutilla, papa y lirio]





Ciclo de nutrientes en la planta

[Rutas seguidas por los iones disueltos y por el agua para ingresar a la planta a nivel de la raíz. Las paredes de las células de la Endodermis poseen una sustancia impermeable al agua, que la obliga a entrar al citoplasma]





[Concentración de diferentes elementos (en partes por millón) en la materia seca de varias plantas. Las líneas discontinuas indican valores excepcionales]




 
Ejemplos de deficiencias nutricionales en plantas de tomate


A:Deficiencia de Potasio

B:Deficiencia de Nitrógeno

C:Deficiencia de Fósforo

D:Planta sana]

[Intercambio de iones entre la raíz y las partículas del suelo]

raices

Raiz




Anatomía



Estructura primaria, raíz de monocotiledónea

Raíz de lirio (Iris germanica), CT





En la raíz primaria, a diferencia del tallo, el cilindro cortical ocupa la mayor parte del volumen, y el cilindro central (aproximadamente el área circular que se ha teñido más intensamente) está mucho más reducido.



El cilindro cortical está constituido principalmente por parénquima, mientras que en el cilindro central se alojan los tejidos conductores.







Estructura primaria, raíz de monocotiledónea

Raíz de lirio (Iris germanica), CT





Las dos o tres capas más externas del cilindro cortical (células algo aplastadas) se han suberificado y reciben el nombre de exodermis, que reemplaza a la rizodermis.







Cilindro central, raíz de monocotiledónea

Raíz de lirio (Iris germanica), CT





Además del parénquima (células grandes que ocupan la mayor parte de la imagen), el cilindro cortical comprende a la endodermis (una capa de células con sus paredes radiales muy gruesas, señalada con una flecha verde).



En el cilindro central (que abarca todos los tejidos situados hacia el interior de la endodermis) se distinguen sobre todo los elementos de vaso (células de gran diámetro, con aspecto de agujeros) pertenecientes a los haces de xilema (se han señalado tres en rojo). Las células más pequeñas que los acompañan son principalmente traqueidas, parénquima xilemático, y las que forman los haces de floema (se han señalado dos haces de floema en azul); las que ocupan el centro del corte constituyen una reducida médula (que en otras monocotiledóneas alcanza mayor desarrollo). La capa de células más externa del cilindro central, en contacto directo con la endodermis, es el periciclo (flecha rosa).







Cilindro central, raíz de monocotiledónea

Raíz de lirio (Iris germanica), CT





Las células de la endodermis son más o menos cuadrangulares y presentan sus típicos engrosamientos “en U” (paredes radiales y tangencial interna mucho más engrosadas que la tangencial externa); hacia fuera está el parénquima cortical (células más grandes), mientras que la primera capa de células que se observan hacia el interior (con paredes delgadas) es el periciclo.



Cada haz de xilema presenta (en el CT) una silueta ovada, con su parte más estrecha hacia la periferia (se han señalado en la imagen anterior tres de ellos); está formado por un elemento de vaso de gran diámetro rodeado por una capa de parénquima xilemático (metaxilema), más algunos vasos o traqueidas de diámetro mucho menor (protoxilema) que se disponen a continuación, hacia fuera, hasta el periciclo. A veces un mismo vaso metaxilemático (por ejemplo el situado más hacia la derecha señalado con *) es compartido por dos haces. Los haces de floema muestran una silueta redondeada y están formados por células pequeñas, más o menos poligonales, de paredes delgadas. En este caso se cuentan (ver imagen anterior) 12 haces de floema y otros 12 de xilema, alternándose entre sí (raíz poliarca).







Estructura primaria, raíz de dicotiledónea

Raíz de haba (Vicia faba), CT





En este caso también el cilindro cortical, fundamentalmente parenquimática, ocupa una proporción notablemente mayor que la del cilindro central, donde se alojan los haces vasculares.



La endodermis presenta una tenue banda de Caspary pero no forma los peculiares engrosamientos en U que se suelen ver en las raíces de monocotiledóneas, así que ni esta capa ni el vecino periciclo se distinguen bien del parénquima cortical.



Se observan en el cilindro central 4 haces de floema (cada uno acompañado de abundantes fibras, teñidas de rojo intenso) y 4 haces de xilema (raíz tetrarca), con una médula parenquimática poco desarrollada (que en otras dicotiledóneas falta totalmente).







Cilindro central, raíz de dicotiledónea

Raíz de haba (Vicia faba), CT





En cada uno de los 4 haces de xilema se distingue muy bien el metaxilema (células grandes, poligonales, de pared rojiza, gruesa, y amplio lumen) del protoxilema (células similares pero mucho menores, en posición más periférica). En los haces de floema abunda el esclerénquima (células de pequeño diámetro y paredes muy gruesas, intensamente teñidas de rojo).



Por fuera del cilindro central, y en su centro, predomina el parénquima, cortical y medular, respectivamente.







Raíz lateral

Raíz de haba (Vicia faba), CT





En las raíces con estructura primaria las raíces laterales se originan en el periciclo, generalmente a partir de un grupo de células situadas frente al protoxilema de un haz,



En la imagen se aprecia que la raíz lateral, alineada respecto de un haz xilemático, va creciendo centrífugamente, abriéndose camino a través de la endodermis y del parénquima cortical, y está a punto de asomar al exterior de la raíz, y penetrar desde allí en el suelo.



Se puede observar que los tejidos que constituyen la raíz lateral están dispuestos en ángulo más o menos perpendicular pero en completa continuidad (especialmente apreciable en el xilema) con el cilindro central de la raíz principal.











Estructura secundaria, raíz de dicotiledónea

Vid (Vitis vinifera), CT





El xilema secundario muestra aquí un aspecto como de rueda de carro, debido a la abundancia y gran desarrollo en ancho de los radios xilemáticos (rojizos) que presenta esta especie. En las zonas de xilema axial (entre radios) se observan numerosos vasos de gran diámetro (círculos blancos). En el centro se aprecia la ausencia de médula, una de las pocas características que permiten diferenciar una raíz con estructura secundaria de un tallo secundario.



El floema secundario (en azul) forma una franja alrededor del xilema (con este aumento no se aprecia el cámbium), en la que alternan porciones axiales (en azul más claro, frente al xilema axial) con radios floemáticos (frente a los radios xilemáticos), que se van ensanchando aún más hacia la periferia, hasta confundirse con el parénquima cortical y la peridermis.







Estructura secundaria, raíz de dicotiledónea

Raíz de vid (Vitis vinifera), CT





Se aprecian muy bien aquí los radios xilemáticos, teñidos de un tono rojizo y claramente ensanchados de dentro hacia fuera, y el contraste que muestran con los radios floemáticos, formados como a continuación de los anteriores, pero mucho más cortos, más anchos y teñidos de azul intenso. El cámbium que los forma no se distingue.



En las porciones axiales, tanto las células del xilema como las del floema presentan diámetros mucho menores que en los radios (salvo los anchos vasos del xilema). El floema axial presenta una tonalidad más clara que el xilema axial, debido al menor grosor de sus paredes (que son primarias).



El floema secundario se extiende desde el cámbium hasta la línea discontinua.







Estructura secundaria, raíz de dicotiledónea

Raíz de olivo (Olea europaea), CT





Aquí el xilema secundario presenta vasos más numerosos, aunque de diámetro mucho menor que en la raíz de vid, y radios muchos más estrechos y por eso menos evidentes. La franja delgada, de tono azul claro que lo limita externamente corresponde al cámbium. El floema secundario, situado por fuera del cámbium, se aprecia como una franja más ancha y de color azul más intenso, con radios más claros que se van ensanchando hacia la periferia. Los grupos de células fuertemente teñidas de rojo oscuro son fibras, que forman una capa estrecha y discontinua. En la periferia del corte se observa la peridermis, con un súber desarrollado formado por varias capas de células, las más externas en parte rotas.







Estructura secundaria, raíz de dicotiledónea, detalle del cámbium

Raíz de olivo (Olea europaea), CT





Se observa claramente el xilema secundario (células con paredes teñidas de rojo, a la derecha de la imagen), en el que se aprecian especialmente las gruesas paredes de los vasos (y, en parte, la lámina media que las separa).



Las 2-3 capas de células aplanadas, de paredes más o menos delgadas, que se observan inmediatamente en contacto con el xilema corresponden al cámbium. A continuación (a la izquierda de la imagen), las células azuladas, que se observan con menor nitidez, corresponden al floema secundario.







Morfología



Raíces aéreas

Fotosintéticas







Raíces aéreas

De sujeción







Raíces aéreas

Tabulares









Raíces aéreas

Fúlcreas







Raíces reservantes

Tuberosas













Raíces reservantes

Napiformes























tipos de raices y sus partes

martes, 29 de marzo de 2011

frutos

Después de la fecundación del óvulo femenino por el polen masculino, se produce la formación de los frutos. El fruto se origina especialmente por el engrosamiento de las paredes del ovario , aunque algunos frutos tienen otro origen ya que pueden proceden del engrosamiento del receptáculo floral o de otro lugar de la flor.




Algunos frutos tienen la consistencia blanda y se llaman frutos carnosos. Las frutas , como las manzanas o las peras, son ejemplos de frutos carnosos utilizados por el hombre para alimentarse. Otros frutos son muy duros al tacto y los llamamos frutos secos. Muchos frutos secos son muy ricos y muy nutritivos para el hombre que los utiliza en su dieta, como, por ejemplo, las nueces.
http://www.botanical-online.com/partesdelasplantas.htm

semillas

¿ Cuantas partes tienen las plantas?








Las plantas , como el resto de seres vivos, poseen un organismo vivo que puede ser dividido en tres partes principales: raíz, tallo y hojas.







¿ Qué son la raíces?







La raíz es el órgano que se encuentra debajo de la tierra. Su función es sujetar la planta y absorber las sales minerales y el agua del suelo.



Toda raíz consta de raíz principal que es la parte más gruesa. Las raíces secundarias salen de la raíz principal y no son tan gruesas como aquella. La caliptra o cofia es la protección con la que terminan las raíces. Sirve para que las raíces puedan perforar el suelo. Los pelos absorbentes son unos filamentos diminutos que recubren las raíces y tienen la función de absorber el agua y las sales minerales del suelo.





1) Raíz principal



2)Raíces secundarias



3)Caliptra



4)Pelos absorbentes







Existen diferentes formas de raíces según su forma, su función o el lugar en donde se desarrollen. Por ejemplo, las raíces napiformes, como la de la zanahoria, presentan una raíz principal muy engrosada por acumulación de substancias de reserva; las raíces acuáticas de las lentejas de agua absorben directamente las substancias del agua.



Algunas raíces son aprovechadas por el hombre como alimento, especialmente aquellas que acumulan reservas como las raíces de las zanahorias o los rábanos. Otras raíces se consumen por su sabor o por sus propiedades medicinales, como la raíz de la regaliz.







¿ Qué son los tallos?









El tallo es la parte de la planta opuesta a la raíz. Generalmente, crece en sentido vertical hacia la luz del sol. A partir del tallo, se desarrollan las ramas en donde nacerán las hojas, las flores y los frutos. Por el interior del tallo circula la savia, constituida por la mezcla de agua y minerales que la planta absorbe del suelo.



El tallo principal es el tallo más importante de la planta. De él comienzan a salir los tallos secundarios. Los nudos son unos engrosamientos situados en los tallos . A su altura es donde nacen las hojas. Las yemas tienen la función de realizar el crecimiento de los tallos.









1) Tallo principal



2) Tallo secundario



3) Yema principal



4) Yema secundaria



5) Yema axilar



6) Nudo



7) Entrenudo









Según la mayor o menor dureza de los tallos, los clasificamos en leñosos o herbáceos. Las hierbas constituyen los típicos vegetales con tallos herbáceos, que son aquellos que se caracterizan por ser blandos , flexibles y de color verde. Por ejemplo, La amapola, o la manzanilla poseen tallos herbáceos.



Los árboles o los arbustos tienen los tallos más duros y suelen ser más grandes que las hierbas. Son ejemplos de árboles el pino o el cerezo. El romero es un arbusto típico.



Algunos tallos de color verde son capaces de realizar la función de la fotosíntesis. Otros tallos se han transformado y son capaces de almacenar substancias de reserva. Muchos de estos tallos son comestibles y los utiliza el hombre para alimentarse tal como, por ejemplo, las patatas . Hay tallos que son capaces de almacenar mucha agua y resistir mucho tiempo de sequía, tal como ocurre con los cactus.







¿ Qué son las hojas?









La hoja es una de las partes más importantes de los vegetales puesto que es la parte de la planta que está encargada de realizar la fotosíntesis , así como la respiración y la transpiración vegetal. Una hoja consta del limbo que es la parte ancha de la hoja. En el limbo se encuentran una serie de canales llamados nervios por donde circula la savia. La parte superior de la hoja la llamamos haz y a la parte inferior envés. El borde o extremo de la hoja se llama margen.



El limbo se une a la rama a través de una especie de rabito que se llama pecíolo, aunque hay algunas hojas que carecen de pecíolo



Existen diferentes formas de hojas según la forma de los nervios, según si tienen o no pecíolo, según la forma del limbo, según como es el margen, etc. Por ejemplo, llamamos hojas simples las que tienen un limbo sin partir o , aunque este limbo esté partido, las divisiones no llegan hasta el nervio principal. Son hojas compuestas aquellas en las que el limbo está dividido en fragmentos que llegan al nervio principal. Las hojas dentadas tienen el margen en forma de dientes mientras que las hojas enteras tienen el margen liso.



elíptica

lanceolada

acicular

oval

acorazonada

sagitada lineal

























Algunas hojas constituyen alimentos fundamentales para el hombre ya que son capaces de almacenar vitaminas, minerales, azúcar u otros nutrientes necesarios para la salud. Las hojas de las espinacas son un buen ejemplo de ello. Otras hojas se utilizan para dar sabor a los alimentos, como la hoja del laurel o para realizar preparados medicinales, como las hojas de la menta.







¿ Qué son las flores?









Las flores son el órgano reproductor de las plantas. A partir de ellas, se producen los frutos y las semillas. Las semillas germinan y originan una nueva planta. Las flores están formadas por tres partes : cáliz, corola y pedúnculo floral









EL PERIANTO



.La Corola.



Pétalos(1)



.El Cáliz.



Sépalos (2)



EL ANDROCEO



Estambres.



Filamento (3)



Antera (4)



EL GINECEO



Carpelo



Estigma (5)



Estilo (6)



Ovario (7)



Óvulos (8)



EL EJE FLORAL



Tálamo (9)



Pedúnculo (10)









El cáliz es la parte verde de la flor. Tiene una consistencia más fuerte que la corola y a sus piezas les llamamos sépalos.



La corola está formada por los pétalos que son las piezas coloreadas de las flores. Su función es atraer a los animales portadores del polen. La colora es la parte de la flor que convierte a este órgano en algo tan atractivo para los insectos y el principal motivo por el cual cultivamos las flores de jardinería.



Dentro del cáliz , y rodeado por la corola, se encuentra el androceo o parte masculina de la flor. El androceo está constituido por los estambres que unas hojas que se han transformado con la finalidad de llevar el polen. Cada estambre consta de un filamento, que es el fragmento mas alargado; y la antera que es una " especie de bolsa ", donde están encerrados los granos de polen.



Rodeado por el androceo, se encuentra el gineceo. El gineceo es la parte femenina de la flor. Esta formado por uno o varios pistilos que son órganos parecidos a una botella. Cada pistilo consta de un estigma que está situado en la parte superior en forma de receptáculo para recoger el polen. El estilo que sirve de tubo conductor hacia el ovario El ovario que es la parte inferior más ampliada y donde se encuentran los óvulos que han de ser fecundados por el polen masculino.



La mayoría de las flores son hermafroditas, es decir poseen órganos masculinos y femeninos a la vez. Algunas flores solamente son masculinas y otras son femeninas. La mayoría de las plantas poseen flores hermafroditas. Hay plantas, como el roble, que posee flores masculinas y femeninas separadas en la misma planta , y otras plantas, como el acebo, que poseen flores masculinas en una planta y flores femeninas en otra planta de la misma especie.



El pedúnculo floral une la flor a la rama.



Para que una flor se transforme en frutos debe estar previamente polinizada. La polinización es el paso del polen desde el aparato masculino de las plantas al aparato femenino. Este proceso se puede realizar a través de los animales que transportan el polen de una planta a otra o a través del viento que arrastra el polen y lo deja caer en otra planta. Mas raramente se produce la autopolinización entre las flores de una misma planta o dentro de una misma flor.





¿ Qué son los frutos?









Después de la fecundación del óvulo femenino por el polen masculino, se produce la formación de los frutos. El fruto se origina especialmente por el engrosamiento de las paredes del ovario , aunque algunos frutos tienen otro origen ya que pueden proceden del engrosamiento del receptáculo floral o de otro lugar de la flor.



Algunos frutos tienen la consistencia blanda y se llaman frutos carnosos. Las frutas , como las manzanas o las peras, son ejemplos de frutos carnosos utilizados por el hombre para alimentarse. Otros frutos son muy duros al tacto y los llamamos frutos secos. Muchos frutos secos son muy ricos y muy nutritivos para el hombre que los utiliza en su dieta, como, por ejemplo, las nueces.







¿ Qué son las semillas?









Las semillas son los óvulos de la flor maduros. Las semillas se encuentran encerradas dentro de los frutos. Algunos frutos se abren espontáneamente para expulsar las semillas. Otros frutos permanecen cerrados y necesitan ser comidos por los animales o pudrirse para que sus semillas puedan salir al exterior. Si se dan las condiciones necesarias, las semillas germinan y producen nuevas plantas.







Pepinillo del diablo









Todas las semillas son muy nutritivas. Hay algunas que son especialmente interesantes para el Hombre por sus propiedades alimentarias, ya que son muy ricas en proteínas, hidratos de carbono, minerales y vitaminas. Entre todas ella destacan las semillas de los frutos de las legumbres, como las alubias, los guisantes o las lentejas.





http://www.botanical-online.com/fotosecballiumelaterium.htm

http://www.botanical-online.com/judiassecas.htm

http://www.botanical-online.com/guisantes.htm

http://www.botanical-online.com/lentejas.htm



Una ardilla maravillosa. El secreto de Twiggy

Nueces de California en Alimentaria 2010

fruto

Después de la fecundación del óvulo femenino por el polen masculino, se produce la formación de los frutos. El fruto se origina especialmente por el engrosamiento de las paredes del ovario , aunque algunos frutos tienen otro origen ya que pueden proceden del engrosamiento del receptáculo floral o de otro lugar de la flor.




Algunos frutos tienen la consistencia blanda y se llaman frutos carnosos. Las frutas , como las manzanas o las peras, son ejemplos de frutos carnosos utilizados por el hombre para alimentarse. Otros frutos son muy duros al tacto y los llamamos frutos secos. Muchos frutos secos son muy ricos y muy nutritivos para el hombre que los utiliza en su dieta, como, por ejemplo, las nueces.

http://www.botanical-online.com/lasfrutas.htm

http://www.botanical-online.com/manzanas.htm

http://www.botanical-online.com/nueces.htm

flores

Las flores son el órgano reproductor de las plantas. A partir de ellas, se producen los frutos y las semillas. Las semillas germinan y originan una nueva planta. Las flores están formadas por tres partes : cáliz, corola y pedúnculo floral










EL PERIANTO



.La Corola.



Pétalos(1)



.El Cáliz.



Sépalos (2)



EL ANDROCEO



Estambres.



Filamento (3)



Antera (4)



EL GINECEO



Carpelo



Estigma (5)



Estilo (6)



Ovario (7)



Óvulos (8)



EL EJE FLORAL



Tálamo (9)



Pedúnculo (10)









El cáliz es la parte verde de la flor. Tiene una consistencia más fuerte que la corola y a sus piezas les llamamos sépalos.



La corola está formada por los pétalos que son las piezas coloreadas de las flores. Su función es atraer a los animales portadores del polen. La colora es la parte de la flor que convierte a este órgano en algo tan atractivo para los insectos y el principal motivo por el cual cultivamos las flores de jardinería.



Dentro del cáliz , y rodeado por la corola, se encuentra el androceo o parte masculina de la flor. El androceo está constituido por los estambres que unas hojas que se han transformado con la finalidad de llevar el polen. Cada estambre consta de un filamento, que es el fragmento mas alargado; y la antera que es una " especie de bolsa ", donde están encerrados los granos de polen.



Rodeado por el androceo, se encuentra el gineceo. El gineceo es la parte femenina de la flor. Esta formado por uno o varios pistilos que son órganos parecidos a una botella. Cada pistilo consta de un estigma que está situado en la parte superior en forma de receptáculo para recoger el polen. El estilo que sirve de tubo conductor hacia el ovario El ovario que es la parte inferior más ampliada y donde se encuentran los óvulos que han de ser fecundados por el polen masculino.



La mayoría de las flores son hermafroditas, es decir poseen órganos masculinos y femeninos a la vez. Algunas flores solamente son masculinas y otras son femeninas. La mayoría de las plantas poseen flores hermafroditas. Hay plantas, como el roble, que posee flores masculinas y femeninas separadas en la misma planta , y otras plantas, como el acebo, que poseen flores masculinas en una planta y flores femeninas en otra planta de la misma especie.



El pedúnculo floral une la flor a la rama.



Para que una flor se transforme en frutos debe estar previamente polinizada. La polinización es el paso del polen desde el aparato masculino de las plantas al aparato femenino. Este proceso se puede realizar a través de los animales que transportan el polen de una planta a otra o a través del viento que arrastra el polen y lo deja caer en otra planta. Mas raramente se produce la autopolinización entre las flores de una misma planta o dentro de una