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jueves, 7 de abril de 2011

Así hacen las plantas sus huevos


Por Glenys Álvarez
Botánica. Un interesante hallazgo obtenido por científicos de la Universidad de California en Davis, revela uno de los misterios principales en la evolución de las plantas en la Tierra y la formación de óvulos que aseguran su reproducción.
Charles Darwin le llamó “un misterio abominable”. El naturalista no conseguía explicar la rápida expansión de las plantas de flores que eventualmente dominaron la vegetación terrestre. Al padre de la Teoría de la Evolución le hubiese encantado esta noticia sobre la hormona auxina.
“La auxina fue descubierta por Darwin, de hecho, la descubrió mientras se divertía con su hijo elaborando experimentos científicos en el patio de su casa. Para un especialista en árboles, las hormonas son una parte esencial del trabajo”, explicó para El Caribe Joe Murray, arbolista y educador en Virginia.
Ahora, la auxina toma otro papel en la evolución de las plantas, resolviendo un enigma esencial en la biología de estos organismos. Científicos de la Universidad de California en Davis han demostrado que la auxina es responsable para la formación de los óvulos (huevos) en las plantas. Las implicaciones y ramificaciones de este hallazgo son numerosas.
En los seres humanos y otros animales, por ejemplo, las células que germinan los óvulos y la esperma están establecidas desde el nacimiento, pero es distinto en las plantas ya que estos organismos deben de alcanzar la madurez sexual para que sus células germinales sean instituidas, más o menos al azar. Así como aprendimos en las clases de botánica, la esperma se forma como polen en el pistilo mientras que los huevos son pequeños óvulos que están bien acoraditos en los ovarios, allá, en la base del pistilo.
“Por los pasados cincuenta años, la pregunta principal ha sido ¿cómo es que ocurre este proceso de un patrón tan bellamente orquestado? Está claro que existe un programa que le dice a la planta exactamente lo que tiene que hacer y que este programa no está trabajando desde las células sino en el núcleo”, expresó Venkatesan Sundaresan, autor principal del experimento en Davis.
El estudio no sólo introduce por primera vez a una hormona que actúa como una sustancia morfógena, es decir, que dirige el patrón de desarrollo de las células basada en su concentración. Y ha sido precisamente lo que el experimento ha visto, que la auxina trabaja por grados para determinar cuál de los ocho núcleos sin diferenciar en el saco embrionario se convertirá en un huevo.
Los investigadores indican además, que estos resultados abren una nueva puerta hacia la historia evolutiva de las plantas, especialmente hace 135 millones de años, cuando las flores comenzaron a establecer su colorido y hermoso reino sobre la Tierra.

Una hormona y muchos papeles

“La auxina tiene muchos otros papeles importantes en las plantas. De hecho, en su forma artificial es hasta utilizada como pesticida y como un estimulante de las raíces para cortar, todo depende de la concentración de la hormona en la planta. Por eso no es una sorpresa que hayan descubierto que para producir los huevos también funcione en grados ya que es también su concentración lo que controla el desarrollo de las venas dentro de las hojas embrionarias y es también su concentración lo que mantiene a las hojas en los árboles”, explicó Murray vía e-mail para El Caribe y señaló además que, “cuando hay una disrupción en el grado de auxina se forma una zona de absceso en el árbol y se le caen sus hojas”. El estudio fue publicado ayer jueves en el diario científico Science.

De las gimnospermas a las angiospermas

La evolución de las plantas sobre el planeta también se anota varios puntos con este nuevo hallazgo. Ciertamente, se sabe que el desarrollo del saco embrionario es un elemento clave en la evolución de las plantas gimnospermas a las angiospermas, en palabras más comunes, de las que no tienen flores a las de vegetación florida y bella que conocemos hoy. Los investigadores modernos piensan que esta transición ocurrió hace unos 135 millones de años pero no existen muchos fósiles que expliquen cómo sucedió este proceso. Ahora, al revelar un poco más sobre cómo se desarrolla el saco embrionario, este experimento deja abierta una ventana para posibles estudios sobre el camino evolutivo que estos dos grupos importantes de plantas tomaron sobre el planeta.

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