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jueves, 9 de agosto de 2012

incendios forestales

 La importancia de las plantas es nuestras vidas es de sobra conocida por todos, sin embargo un reciente estudio ha desvelado un nuevo dato no tan conocido, pero de vital importancia. Y es que las plantas limpian nuestro aire de elementos contaminantes. Además de la belleza paisajística que ofrecen los bosques de nuestro planeta, también contribuyen a eliminar los productos contaminantes químicos en un tercio más de lo que antes se creía.

Un estudio del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica de Colorado, en Estados Unidos, ha logrado hacer este interesante descubrimiento a través de estudios de expresión de genes y modelos computacionales.

Las plantas consumen ciertos contaminantes químicos atmosféricos, lo que contribuye a limpiar nuestra atmósfera mucho más de lo que la comunidad científica pensaba en un principio, pero una duda importante entre los expertos es saber cómo podían las plantas absorber compuestos químicos.

Para analizar esto, los científicos se centraron en el álamo blanco, gracias al cual descubrieron que cuando los árboles estaban sometidos a estrés, ya sea por una herida o por permanecer expuestos a sustancias perjudiciales como el ozono, comenzaban a absorber mayores cantidades de estos productos contaminantes.

Un dato que ha sorprendido especialmente a los científicos es que cuanto más contaminado está el aire por los compuestos orgánicos volátiles oxigenados (VOC en inglés), más cantidades absorben nuestros árboles y plantas. Aunque como es lógico, hay un momento en el que la planta está tan saturada que ya no puede absorber más.

Todo esto es debido a que las plantas producen sustancias químicas para poder protegerse a ellas mismas de amenazas, como por ejemplo los insectos que las atacan. Aunque si las cantidades son demasiado elevadas, se vuelven tóxicas y perjudican seriamente su salud. De hecho, si continuamos contaminando el planeta al ritmo que lo estamos haciendo ahora, todos nuestros bosques habrán desaparecido dentro de 50 o 100 años. http://cienciados.com/las-plantas-limpian-nuestro-aire-contaminado/
Incendios forestales 
Un incendio forestal es el fuego que se extiende sin control en terreno forestal y afectando a combustibles vegetales.
También puede definirse como: el fuego que se expande sin control sobre especies arbóreas, arbustivas, de matorral o herbáceas, siempre que no sean características del cultivo agrícola o fueren objeto del mismo y que no tengan calificación de terrenos urbanos, afectando esta vegetación que no estaba destinada para la quema.
Los Grandes Incendios Forestales (GIF)
Los Grandes Incendios Forestales (GIF) se definen como aquellos que de manera continuada muestran un comportamiento que queda fuera de la capacidad del sistema de extinción, ya sea por las elevadas longitudes de llama, por las altas velocidades de propagación o por la presencia de actividad de fuego de copas. Por actividad de copas entendemos que hay antorcheo importante (que prenden muchas de las copas del arbolado) o incluso que es fuego pasivo de copas o fuego activo. Tal como se definen estos términos en los modelos canadienses de propagación y como están en el programa de simulación Farsite (Finney 1998).1 Los umbrales que los hacen GIF quedan a criterio del servicio de extinción, pero proponemos los que se usan hoy en distintos servicios de extinción en España: longitud de llama > 3m, velocidad de propagación > 1.2 km/h y actividad de copas igual o mayor a fuego pasivo de copas. Estos incendios no son muy frecuentes pero son el problema real, ya que calcinan enormes superficies en pocas horas o días. Los números son elocuentes. En Canarias, por ejemplo, el 99,3% son pequeños incendios forestales mientras que únicamente el 0,7% son GIF (Grillo et al. 2008). Estos en cambio suponen el 75% del total de la superficie quemada en el archipiélago. En Cataluña, el ataque directo a las llamas, harto utilizado hasta ahora, se ha visto sustituido cada vez más por el empleo de ataques a distancia o indirectos, como el que se apoya en contrafuegos y quemas de ensanche. Así, (en Cataluña) hemos pasado del 98% del perímetro tratado con línea de agua, y 2% maquinaria del 1998 al 65% línea de agua, 12% herramientas manuales, 19% quemas ensanche, y 4% de maquinaria y 65 de línea de agua, cosa que indica un impcato del analista en la globalidad de la estructura.
PiroEcología o Ecología del fuego

Muchas plantas germinan muy bien tras incendios y otras rebrotan (reproducción asexual) de modo eficaz.2 El pino canario es un buen ejemplo como se puede ver en UOFF. Diversos autores han relacionado los conceptos de piroecología3 y biodiversidad. No es nuevo el considerar que existe un papel del fuego en nuestros ecosistemas. Hay un desarrollo teórico y aplicado muy importante y se pueden citar muchos trabajo. Mención especial se merecen autores australianos.

Si bien las causas inmediatas que dan lugar a los incendios forestales pueden ser muy variadas, en todos ellos se dan los mismos presupuestos, esto es, la existencia de grandes masas de vegetación en concurrencia con periodos más o menos prolongados de sequía.
El calor solar provoca deshidratación en las plantas, que recuperan el agua perdida del sustrato. No obstante, cuando la humedad del terreno desciende a un nivel inferior al 30% las plantas son incapaces de obtener agua del suelo, con lo que se van secando poco a poco. Este proceso provoca la emisión a la atmósfera de etileno, un compuesto químico presente en la vegetación y altamente combustible. Tiene lugar entonces un doble fenómeno: tanto las plantas como el aire que las rodea se vuelven fácilmente inflamables, con lo que el riesgo de incendio se multiplica. Y si a estas condiciones se suma la existencia de períodos de altas temperaturas y vientos fuertes o moderados, la posibilidad de que una simple chispa provoque un incendio se vuelven significativa.
Por otro lado, al margen de que las condiciones físicas sean más o menos favorecedoras de un incendio, hay que destacar que en la gran mayoría de los casos no son causas naturales las que provocan el fuego, sino la acción humana, ya sea de manera intencionada o no.
Las causas que originan un incendio forestal se agrupan pues en tres categorías principales:8
Intencionados: representan un 60-70% de los casos. Las motivaciones son variadas, siendo con diferencia las más comunes la quema no autorizada, ilegal e incontrolada de superficies agrícolas, ya sea para la eliminación de rastrojos o matorrales ("quema agrícola") o para regeneración de pastos.9 Otras motivaciones menos corrientes detrás de un incendio provocado son la piromanía, usos cinegéticos, vandalismo, venganzas personales, especulación urbanística, bajar el precio de la madera, etc. Cabe señalar que el delito de incendio está tipificado en muchas legislaciones (incluida la española).
Negligencias y otras causas accidentales: representan un 15%-25% de los casos. En este apartado, las quemas agrícolas (en este caso autorizadas, pero en las que los autores perdieron el control del fuego extendiéndose éste por la superficie forestal colindante) están también entre las causas habituales. Otras causas son las colillas y hogueras mal apagadas, quema de basuras, trabajos forestales, , etc.
Naturales: representan menos de un 5% de los casos. Se deben casi siempre a la acción de un rayo.
Por último, en contadas ocasiones (menos del 2%) un incendio es una reproducción de un incendio anterior que no llegó a extinguirse del todo y se extiende a una nueva zona.
Cabe aclarar que los porcentajes indicados son valores promediados -la frecuencia de la intencionalidad, por ejemplo, puede variar mucho de unas regiones a otras.
Consecuencias de los incendios forestales

Los incendios forestales tienen un impacto negativo sobre todos los componentes del ecosistema, tanto sobre el medio físico, como biológico y humano.

Cuando el monte arde, la pérdida de calidad paisajística es la consecuencia más fácilmente apreciable por la desaparición de la cubierta vegetal. Pero los incendios forestales son más destructivos y dañinos de lo que se puede observar a simple vista, afectan negativamente a todos los integrantes del ecosistema, incluido el ser humano, y sus consecuencias superan el ámbito local del terreno quemado
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Los incendios forestales consumen la vegetación
Los incendios forestales suelen acabar con gran parte de la vegetación del monte. Las especies vegetales leñosas que sucumben al fuego son sustituidas por otras de carácter pionero, preparadas para colonizar con éxito este tipo de hábitats. Sucede así que lo que antes era un bosque denso, se convierte tras el fuego en un pastizal de gramíneas y malezas fácilmente inflamables y pobre en especies arbóreas resistentes al fuego.

Efecto de los incendios forestales sobre la fauna
La fauna silvestre sufre intensamente los efectos del fuego. Las especies con menor movilidad son las que más se ven afectadas, mientras que los demás animales probablemente escaparán del incendio y se refugiarán en zonas cercanas, donde su presencia, inevitablemente, causará alteraciones en el equilibrio ecológico.

La recolonización de las zonas quemadas es difícil, porque el fuego destruye los hábitats, eliminando fuentes de alimento y refugio. Por ello, la fauna que se instale en estas zonas será diferente a la que existía anteriormente, y estará integrada por especies mejor adaptadas a los ambientes abiertos y de vegetación pionera que crea el fuego.





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Consejos para evitar los incendios forestales


"Sin fuego no hay incendios"

1.- No enciendas fuego en el campo, ni para quemar rastrojos o pastos, ni para utilizar barbacoas o fogatas, (ni tan siquiera en las áreas recreativas habilitadas a tal efecto). En la época de alto riesgo de incendios, del 1 de junio al 1 de noviembre, cualquier chispa o llama, por pequeña que sea, puede dar lugar a un desastre.

2.- No arrojes al suelo cerillas, colillas, cigarros u objetos en combustión, ni tampoco papeles, plásticos, vidrios o cualquier tipo de residuo o material combustible susceptible de originar un incendio. Lo mejor: es no fumar en el campo.

3.- En los terrenos forestales no utilices desbrozadoras, motosierras, grupo de soldadura, amoladora o radial.

4.- A las personas cuya vivienda se encuentre ubicada o circundada por terrenos agrícolas o forestales, se les recomienda que no pongan setos de especies que arden con facilidad (arizónicas, cipreses, etc), y que no construyan barbacoas en los límites de la finca, o al menos, que nunca las utilicen los días de viento. Igualmente, se debe solicitar a la comunidad de vecinos la elaboración de un plan de autodefensa (instalación de hidrantes en las calles, mantener las calles y caminos aledaños despejados de vehículos y de vegetación, construcción de depósitos de agua, etc). Deposita la basura y los restos de poda en los contenedores o vertederos habilitados, nunca te deshagas de ellos amontonándolos junto a la vivienda o quemándolos.

5.- En épocas de riesgo de incendios, del 1 de junio al 1 de noviembre, para adentrarse en el monte es conveniente conocer bien el terreno, las vías de comunicación, caminos alternativos y procurar caminar siempre por zonas de gran visibilidad. Si vas a practicar senderismo, en especial en compañía de mayores y niños, procura no salirte de los circuitos señalizados.

6.- Comunica a las autoridades públicas los vertederos o puntos de vertidos ilegales que encuentres en terrenos forestales o próximos a ello. Suelen ser una causa habitual de aparición de incendios forestales.

7.- No pretendas llegar en coche o vehículo motorizado a todas partes, el contacto del tubo de escape con matorrales secos podría provocar un incendio. Del 1 de junio al 1 de noviembre, para evitar incendios no utilices el vehículo. En zonas forestales estaciona el coche en aparcamientos habilitados, o, al menos, en zonas totalmente despejadas de pastos o matorral.

8.- Si ves un incendio avisa lo antes posible al 112, teléfono de emergencia, o al 062 teléfono de la Guardia Civil. Indica en tu aviso el camino más adecuado para llegar, teniendo en cuenta hacia donde avanza el fuego. Es recomendable, además, conocer los servicios de emergencia locales y como contactar con ellos.

9.- Las personas que se encuentren cerca de un incendio, deben intentar ir a un claro donde el fuego no les pueda alcanzar, tratando de alejarse por las zonas laterales del incendio y más desprovistas de vegetación; si circulan en coche deben cerrar las ventanillas e intentar dirigirse a una zona fuera de peligro. No debes dirigirte hacia barrancos u hondonadas, ni intentar escapar ladera arriba cuando el fuego ascienda por ella. Recuerda que un cambio en la dirección del viento puede hacer que el fuego te rodee. Por tanto, ve siempre en sentido contrario a la dirección del viento.

10.- Las personas que participan en labores de extinción no deben trabajar aisladas, deben estar coordinados y siempre a las órdenes de las autoridades competentes. Recuerda que si fueses requerido por las Autoridades públicas para colaborar en la extinción de un fuego, tienes el deber legal de colaborar.


Los bosques de pinos resineros se regeneran muy rápido después de un incendio forestal

Investigadores de la Universidad de León han analizado una comunidad de pinos resineros (Pinus pinaster) tras un incendio para estudiar el posible efecto competitivo de las vegetación del sotobosque sobre la regeneración de los árboles. Según el trabajo, a los tres años, los pinos tienen asegurada una buena regeneración natural sin que la competencia con otras especies vegetales afecte a su crecimiento.
En la provincia de León, el 60% de la superficie quemada son comunidades leñosas entre las que los pinos resineros (Pinus pinaster) son la especie más afectada por los incendios debido a sus resinas inflamables que favorecen el inicio del fuego y su propagación. El estudio, que se publica en el último número de Plant Ecology, ha analizado la regeneración de esta especie vegetal en la Sierra del Teleno (León), una zona que ha sufrió incendios en 1991, 1997 y 1998. Éste último fue provocado por el ser humano y quemó 3.000 hectáreas arboladas.

En España, la extensión de los pinos resineros representa el 7,3% de la superficie forestal arbolada, según el segundo Inventario Forestal Nacional, elaborado de 1986 a 1996, pero estos pinos sufren dos incendios al año, provocados, en su mayoría, por rayos. “Este hecho ha favorecido que en esta población se seleccionen una serie de características adaptativas, destinadas a reducir los efectos nocivos del fuego y a sobrevivir después del mismo”, explica a SINC Leonor Calvo Galván, investigadora principal del estudio y profesora en la Universidad de León.

La presencia de un elevado porcentaje de piñas serotinas, el mayor grosor de la corteza y la mayor precocidad (con 6 o 7 años) para producir semillas viables son los rasgos más sobresalientes de la adaptación de estos árboles, una especie germinadora obligatoria, después del fuego. “Su regeneración depende, por un lado, del banco de semillas aéreo (al diseminar las semillas almacenadas en las piñas) y, por otro, de la capacidad de germinación y establecimiento de las plántulas (planta en primeros estados de desarrollo), condicionado por la presencia de otras especies en el sotobosque que ejercen efectos competitivos”, señala Calvo Galván.

Al estudiar, durante los tres primeros años, el posible efecto competitivo de las vegetación de especies rebrotadoras típicas sobre el establecimiento de las plántulas de Pinus pinaster, los investigadores concluyen que los pinares presentan una buena regeneración tras el incendio. La investigadora leonesa destaca que “a los tres años del incendio alcanzan unas densidades de plántulas de 8 plántulas/m2, lo que se considera suficiente para asegurar su regeneración natural”.

Ante las medidas que pretenden eliminar la vegetación del sotobosque para permitir una mejor regeneración de los pinos tras el fuego, “no parece aconsejable eliminarla, ya que los efectos competitivos sobre las plántulas de pino no son significativos”, añade Calvo Galván. Los principales efectos competitivos de la vegetación del sotobosque se observan, según la investigación, en un mayor crecimiento en altura de las plántulas de pino.
Los bosques de pinos resineros se regeneran muy rápido después de un incendio forestal
Pinus pinaster en la Península Ibérica

Los pinos resineros han demostrado tener una importante diversificación a partir de un origen común en la Península Ibérica, con una amplia variabilidad de condiciones ecológicas donde se pueden desarrollar. La investigación, realizada por científicos de la Universidad de León, se ha centrado en la provincia de León porque, según el Plan Forestal de Castilla y León, es una de las áreas más afectadas por los incendios forestales tanto en número como en superficie de hectáreas quemadas. Los diferentes usos antrópicos a los que han estado sometidos los Pinus pinaster en las regiones españolas ha sido la razón por la que los investigadores se han centrado en la zona más castigada para aportar nuevos datos

Regeneracion bosques

Se conoce como sucesion ecologica secundaria a la que se desarrolla sobre una zona que habia estado anteriormente poblada, pero que, como consecuencia de una perturbación, ya sea natural o provocada por el hombre, ha perdido la mayor parte de sus especies. Durante la sucesión ecológica, unas especies sustituyen a otras, y la biocenosis final es total o parcialmente diferente a la que existía antes.
Bosques regeneracion
Por ejemplo, en la regeneración de un bosque mediterráneo tras un incendio se distinguen las siguientes etapas:

1. El incendio destruye totalmente las especies herbáceas y sus semillas, aunque alguno órganos subterráneos, como rizomas o bulbos, logran sobrevivir. Entre los arbustos, algunos presentan adaptaciones al fuego, como la coscoja, que tiene unas raíces muy fuertes que le permiten rebrotar tras el incendio, y las jaras, que producen semillas resistentes al fuego.


El suelo sufre importantes daños; los microorganismos desaparecen y el humus es detruido. Los pequeños animales que no tienen movilidad perecen en el fuego. Por el contrario, la mayoria de los vertebrados logran escapar, pero suelen perder sus crías.

2. En los años siguientes, el terreno es colonizado por semillas de vegetacion herbacea que forman una seudoestepa o pastizal. Rebrotan árboles y arbustos cuyas raices no murieron, y aparecen otros de pocos requerimientos ambientales.

3. Al cabo de 15 ó 20 años, los arbustos pequeños y de follaje aromático, como la jara, el brezo o el tomillo, coexisten con el estrato herbáceo. Forman una comunidad biológica llamada garriga.

Aumenta el numero de invertebrados y de vertebrados d pequeño tamaño (conejos, topillos y ratones), que atraen a sus depredadores. Con la contribucion de todos ellos aumetna el humus del suelo.

4. El matorral bajo es sustituido por grandes arbustos, como el madroño o el lentisco, que pueden alcanzar la altura de una persona. Crecen apretados y entre ellos se intercalan árboles de crecimiento rápido y amantes del sol, como los pinos. también hay algunas encinas y robles, pero de pequeño tamaño.

Esta comunidad se denomina maquis y se desarrolla al cabo de 40 ó 50 años.

5. Después de 50 ó 60 años más, los pinos son sustituidos por encinas, robles y grandes arbustos. Se ha generado el bosque original.

En el mejor de los casos, es decir si no se vuelve a producir un incendio u otra alteración severa, pasará casi un siglo y medio hasta que el bosque vuelva a recuperarse. Sin embargo, la sucesión ecológica puede desplazarse en sentido contrario, y entonces se instala sobre el suelo, ya muy erosionado, una comunidad de plantas resistentes y poco productivas. En este caso, lo más probable es que el ecosistema original no se restaure.

BOSQUE<->MAQUIS<->GARRIGA<->SEUDOESTEPA<->SUBDESIERTO

Cuando se produce la destruccion del bosque, no se pierde solo el ecosistema en sí, sino que se agravan otros problemas medioambientales, como el aumento del efecto invernadero, la desertización, la alteración del régimen de lluvias y la pérdida de la diversidad biológica.